Cada vez es mayor la información que llega a nuestras manos acerca de la cantidad de alimentos que tienen grasas perjudiciales para la salud, en concreto grasas trans o hidrogenadas. Tomando conciencia de ello, y leyendo los ingredientes de las galletas, he hecho el propósito de elaborar galletas caseras para nuestros desayunos. Así que, buscando recetas de galletas, he dado (en el blog Gastronomía & Cía) con ésta que me ha encantado y además es muy, muy fácil de hacer (como casi siempre, he hecho alguna modificación de la receta original).
TIEMPO: 10´ de preparación de la masa + 30´ de reposo + 5´de formación de las galletas + 18´de horno
INGREDIENTES: (para unas 38 galletas)
- 120 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 200 gramos de harina
- 70 gramos de azúcar moreno
- 4 gramos de levadura Royal
- 1 pizca de sal
- 35 gramos de leche
- 40 gramos de arándanos (o cualquier otra fruta) deshidratados (se pueden comprar en los hipermercados y en algunas fruterías)
PREPARACIÓN:
- En primer lugar dejamos ablandar la mantequilla, cortada en cuadraditos, fuera de la nevera durante al menos una hora.
- En un bol ponemos la harina y la levadura tamizadas, les añadimos el azúcar y la sal, hacemos un agujero en el centro e incorporamos la mantequilla.
- Con una mano "estrujamos" la mantequilla con los otros sólidos hasta que se forme una mezcla similar a arena mojada.
- Le añadimos la leche y seguimos amasando hasta formar una bola (si queda muy pegajosa, le añadimos un poquito más de harina).
- Incorporamos los arándanos picados (yo los piqué con el accesorio picador de la batidora) y volvemos a amasar.
- Ponemos la masa sobre la encimera y le damos forma cilíndrica (aproximadamente del grosor de una porra). Envolvemos en film y metemos en la nevera una media hora.
- Precalentamos el horno a 180º.
- Sacamos la masa de la nevera y cortamos rodajas de aproximadamente medio dedo de grosor.
- Las colocamos en la bandeja del horno sobre papel vegetal (les podemos poner en el centro un trocito de chocolate blanco o negro hundiéndolo ligeramente).
- Metemos en el horno durante unos 18´ o hasta que las galletas estén muy ligeramente doradas (quedarán blandas, pero no os preocupéis, pues al enfriarse, se endurecerán).
- Dejamos enfriar un poco y luego las pasamos a una rejilla para que terminen de enfriarse y no se humedezcan por debajo.
- Se pueden conservar en una caja metálica varios días.
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