¿A quién no le gustan las cookies, las americanas auténticas ? Blanditas, con un ligero toque salado y con sus trocitos de chocolate que explosionan en la boca? ¿Y templadas?... Un auténtico pecado.
Como me encantan estas galletas, las hice en varias ocasiones siguiendo distintas recetas hasta que encontré ésta que me parece la mejor de las que he probado hasta ahora.
La preparación es sencilla, pero es mejor dejar la masa en la nevera unas 12 horas y meterlas en el horno al día suguiente.
INGREDIENTES: (para unas 45 cookies)
- 140 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 230 gramos de azúcar moreno
- 1 huevo
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 240 gramos de harina
- 3/4 de cucharatida de bicarbonato
- 3/4 de cucharatida de levadura (Royal)
- 3/4 de cucharatida de sal
- Pepitas de chocolate
PREPARACIÓN:
- En un bol mezclamos bien el azúcar con la mantequilla (si no la tenemos a temperatura ambiente, la podemos meter un poquito en el microondas (20 ó 30 segundos) sin que se vuelva líquida). La mezcla tendrá que quedar integrada, pero no es necesario que aumente de volumen, ni que quede esponjosa, la podemos batir con las varillas eléctricas o a mano.
- Añadimos el huevo y el extracto de vainilla y continuamos batiendo hasta que estén bien mezclados.
- En otro bol echamos la harina, el bicarbonato, la levadura y la sal. Los mezclamos bien y agregamos esta mezcla a la anterior tamizándola. La mezclamos con una espátula (queda una mezcla no muy espesa, a veces demasiado blanda, todo depende de la temperatura exterior y de la harina, pero luego se endurecerá en la nevera).
- Añadimos las pepitas de chocolate (puede ser chocolate negro, blanco o una mezcla de ambos) y mezclamos con la espátula (no he puesto la cantidad de chocolate porque lo podemos echar al gusto, según queramos que quede "el nivel de saturación").
- Extendemos un trozo de film transparente en la encimera y, con la ayuda de la espátula, volcamos la mezcla. La envolvemos y la metemos en la nevera de un día para otro (si tenéis mucho antojo la podéis dejar solamente unas 2 ó 3 horas, hasta que la mezcla se endurezca.
- Cuando saquemos la masa de la nevera, si está muy dura la dejamos un rato fuera, hasta que sea manejable.
- Encendemos el horno. Ponemos un trozo de papel vegetal en la bandeja del horno
- Nos mojamos las manos en el chorro del grifo, NO nos las secamos y vamos formando bolas de un tamaño un poco inferior a una pelota de ping-pong (si la masa se nos empieza a pegar mucho a las manos, nos las volvemos a mojar). Las ponemos sobre la bandeja dejando un espacio entre ellas, ya que las cookies se expanden en el horno. Cuando ya hayamos completado una bandeja de horno, las aplastamos ligeramente con la yemas de los dedos índice y corazón y les echamos una pizquita de sal por encima a cada una.
- Las metemos en el horno a 175º durante 14 minutos (cuando salen del horno están muy blandas, no importa, luego se endurecen, si las dejamos más tiempo o esperamos a que se tuesten, luego se quedarán demasiado duras). Cuando termine el tiempo las sacamos del horno y las dejamos enfriar sobre una rejilla (las pasamos a la rejilla directamente con el papel vegetal). Templadas están muy buenas.
- Mientras se está cociendo esta primera tanda, vamos haciendo las bolas con el resto de la masa para meterlas en el horno al sacar las primeras (si nos parece demasiada cantidad, podemos congelar las bolas (como si fueran croquetas) y cuando las queramos hacer, las sacamos del congelador y directamente las metemos en el horno, pero les ponemos 15 minutos de cocción.
** El papel vegetal es fundamental. En una ocasión no tenía, usé papel de aluminio y se pegaron y quedaron blandengues.
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