El confinamiento está durando más de lo que en un principio nos hubiésemos imaginado; en cierto modo parece que el tiempo se detuviera, pero a muchos de nosotros este paréntesis nos está sirviendo para reflexionar acerca de nuestras prioridades, para reciclarnos, para estudiar y aprender, para practicar, para probar y experimentar nuevos platos...
Esta tarrina, extraída de la revista Cocina Diez, no es más que un codillo cocido, deshuesado, aderezado y prensado, pero visualmente resulta novedoso y original; quizás una manera más apetecible y ligera para consumirlo en los meses de verano.
TIEMPO: 1 hora de cocción + 30 minutos de preparación + 1 día de reposo
INGREDIENTES: (para 4 personas)
Para la cocción del codillo:
- 2 codillos de cerdo semicocidos (en la receta original utilizaban codillos en salmuera, pero con el semicocido, que era el que tenía en casa, ha quedado muy bien)
- 1 cebolla
- 2 hojas de laurel
- 3 o 4 ramas de tomillo fresco
- 1 cucharada de semillas de cilantro
- 1 cucharadita de granos de pimienta negra
- 4 cucharadas de vinagre de vino blanco
Para la tarrina:
- Los codillos deshuesados
- 1 vaso del caldo de la cocción de los codillos*
- 60 gramos de pepinillos en vinagre
- Pimienta negra recién molida
- 1 cucharada de perejil picado
PREPARACIÓN:
- En una olla a presión ponemos los codillos, la cebolla cortada en cuartos, el laurel, las ramas de tomillo, el cilantro, la pimienta y el vinagre. Añadimos la cantidad de agua justa para cubrir los codillos, tapamos la olla, llevamos a ebullición, bajamos a fuego suave y lo cocinamos durante una hora (este tiempo es relativo, puede variar según la olla). Apagamos el fuego y dejamos que los codillos se enfríen en el caldo durante una hora.
- Sacamos los codillos de la olla y ponemos el caldo de la cocción a hervir fuertemente para que se concentre y se reduzca un poco mientras hacemos el siguiente paso.
- Ponemos los codillos sobre una tabla de cocina, les quitamos la piel, los huesos y la grasa y los desmenuzamos; echamos la carne en un bol, le añadimos los pepinillos cortados en rodajitas, el perejil, un poco de pimienta negra molida y un vaso del caldo de la cocción previamente colado. Mezclamos bien y rellenamos con la carne un molde alargado forrado con film; apretamos la carne, la cubrimos con otro trozo de film y la introducimos toda la noche en la nevera.
- Al día siguiente estará lista para servirla fría y loncheada acompañada de una buena ensalada.
*El caldo que nos sobre lo podemos congelar y utilizar para arroces o guisos.
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